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CAMINAR EN SILENCIO

 Muestra de Benavente/Kalbermatter, Galería Palatina, Buenos Aires, del 2 al 22 de mayo de 2019

Texto Curatorial - Tulio de Sagastizábal

Caminar En Silencio.

Un diálogo entre obras de Mariano Benavente y Milton Kalbermatter.

 

Hay oportunidades en que ante nuestros ojos las paralelas se cruzan.

Necesitan cruzarse, como evidencia de algunas comuniones y como avatares pasajeros que reafirman fuertes trayectorias.

Son recorridos que tienen mucho de solitarios, y semejan paralelos.

Recorridos que por razones imponderables tienen la posibilidad y la necesidad de cruzarse, quizás entre otras cosas, para reclamar la urgencia de ser leídos.

 

Maneras de resaltar por contrastes y similitudes la intensidad de experiencias, que resumen y hacen visible el fuerte arraigo al continuo infinito que resultan ser el amor y la práctica de la pintura.

Construcción del lenguaje como experiencia de vida, como pasión y ejercicio voluntarioso, placer y denuedo, permanencia y acción irrefrenable.

Seguramente pintores diferentes abrevan en historias diferentes. Diferentes conocimientos, diferentes vínculos y diferentes homenajes.

Pero abrevan a la vez en un pasado que es común, que los ha alimentado en los años de formación y esperanzas, que les ha despertado la pasión e ilusiones iniciales, que les ha prefigurado el universo de pertenencia, un club al que han deseado integrarse.

 

Me propongo ir en busca del motivo desde el gesto físico e improvisado a partir del cual surge la imagen pictórica.

Mi intención es que los cruces y desarrollos surgidos en el hacer resulten en una imagen que no deje de pertenecer al género que elijo pero que al mismo tiempo se desdibuje en preguntas, en conflictos y logre configurarse a partir de maneras propias, emparentadas con una tradición y un grupo de pintores que constituyen una especie de árbol genealógico personal. Mariano Benavente dixit.

 

Y Milton Kalbermatter reafirma: No  busco idear una forma, tampoco pintar lo que siento, sólo quiero ser afectado por la imagen que voy descubriendo.  Percibo  que al pintar se diluyen los límites que existen entre mí y  la pintura. Cada cuadro es una secuencia con sus ritmos, convulsiones y vibraciones, que me conduce silenciosamente hacia la extrañeza.

 

Confluencias y diferencias, ámbitos comunes.

 

En Milton es muy fuerte el recorrido, las acrobacias en el plano, la sinfonía de las formas y los múltiples espacios de color.

Es austero por la delicadeza en las variaciones, pero es a la vez coral

y vertiginoso.. Milton ejerce un idioma musical, lleno de saltos y sobresaltos, de estaciones y reposos, y continua fluidez.

Elabora  una polifonía llena de vitalidad y frescura,  peleándose de a ratos con lo normativo, reencontrándose en la armonía que descansa en el suspenso y la imaginación.

 

Mariano es reconcentrado, casi obsesivo. Su juego se despliega en múltiples planos de profundidad, en el arrastre de la pintura que cubre y devela a su vez la potencia del plano pintado.

Juega con los sonidos inaudibles, con los restos de lo ocurrido como germen de lo que prometen ser.

Y siempre está tomándonos de la mano para penetrar en un mundo enigmático, casi hermético, de un espesor que se emparenta con cada universo de memoria y emociones que todo espectador arrastra consigo mismo.

Compactas y elegantes, sus obras siempre evocan momentos inmemoriales del arte de pintar.

 

Cada cual es muy fiel al giro que provoca el uso de sus materiales diferentes, el collague sobre papel y el acrílico en Milton, el óleo siempre sobre telas en Mariano.

Los lenguajes se construyen desde la voluntad de decir pero igualmente desde el juego de posibilidades que los materiales elegidos permiten y facilitan.

El discurso visual es una combinatoria del querer y el saber decir, pero mucho de la entrega al juego, tan inesperado a veces, que las herramientas condicionan,  habilitan, casi autorizan.

 

Mariano Benavente y Milton Kalbermatter, técnicas y procedimientos, personalidades diferentes, que se asocian sin conflicto a la hora de dialogar en torno a sus experiencias constantes, tan valorables,  cuidadosas y esforzadas. Que tienen como fin construir como horizonte lo que ha sido sustantivo en sus pasados y sus presentes: la pasión y el asombro.

 

Tulio de Sagastizábal, abril 2019.

 

Queremos agradecer especialmente la colaboración de Tulio de Sagastizábal y Delfina Bourse por su generosidad, y por habernos acompañado en el proceso de esta muestra.

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